Si estás en la búsqueda de tu próxima casa de alquiler en Guayaquil, Manta o Quito, seguro te has encontrado con varias opciones de inmuebles. Cada una de ellas tiene algo en particular ya sea el área verde, el número de cuartos, o los metros cuadrados. Y seguramente has visto que hay propiedades que vienen amobladas lo cual podría resultar muy cómodo. Pero, ¿es esta la mejor opción para ti? Si aún no sabes qué decisión tomar, te contamos algunas cosas que debes considerar al momento de elegir.
Presupuesto
El primer paso es evaluar tu presupuesto ya que arrendar una casa o departamento con todos los muebles y electrodomésticos necesarios para vivir —refrigeradora, lavadora, secadora, sofás, comedor, cama— es más costoso que arrendarlo sin amueblar.
Según un análisis realizado por Properati sobre los precios de vivienda en Quito, por ejemplo, el precio promedio de un departamento de dos habitaciones en La Carolina es de $823 mensuales. Pero una propiedad similar, con muebles y linea blanca, tiene un precio promedio de $842.
Cambio de ciudad
Arrendar un departamento o una casa amoblada es generalmente la mejor opción para las personas que cambian de ciudad con frecuencia. Esto evita que tengas que comprar todos los electrodomésticos y muebles cada vez que llegues a un nuevo lugar y luego tener que venderlos cuando sea hora de mudarse otra vez. Si este es tu caso, esta opción resulta la más cómoda además de ser más conveniente económicamente a largo plazo ya que te evitas perder dinero por el devaluación de los muebles.
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Gustos y preferencias
Algo que debes considerar es que es muy probable que los muebles con los que se renta la propiedad no serán necesariamente de tu gusto y preferencia tanto en el estilo, los colores o la calidad. Sin embargo, ten en cuenta que puedes jugar un poco con los muebles comprando accesorios más pequeños y que no sean muy costosos como cojines de tu color favorito, cobijas con diseños, floreros o cuadros. Todo depende de tu imaginación y tu gusto.
Pero si para ti es importante que las cosas que adornen tu casa tengan un estilo en particular, rentar una propiedad amoblada no es la mejor opción.
Mascotas y niños pequeños
Si tienes mascotas o niños pequeños, debes pensar dos veces antes de arrendar un departamento amoblado. Ya sea por juego, descuido o a veces por travesuras, es común que ellos hagan pequeños destrozos en nuestros hogares como raspar los sofás o pintar los muebles con crayones. Si esto llegara a ocurrir, tendrás que pagar por los daños que ocasionen tus niños o tus mascotas y eso puede ser un gasto imprevisto.
Es más, debido a que los pequeños destrozos de los inmuebles son comunes en las familias con niños pequeños o mascotas, los dueños prefieren no arrendarlo estas personas.
Si es tu primer hogar
No importa si es solo o con tu pareja, si vas a arrendar una casa o departamento que serán tu primer hogar amueblarla desde cero puede presentar un costo muy alto y de golpe. Es normal que al inicio no cuentes con todo el dinero necesario para comprar todo lo que deseas. Si este es tu caso, arrendar una propiedad amoblada podría darte una ayuda para que de a poco puedas ir comprando tus propias cosas sin perder comodidad en tu hogar.
Sin embargo, debes tomar en cuenta si el costo adicional del departamento o casa amoblada no es superior a lo que sería sacar un crédito para comprar todas las cosas que necesitas.
Conversa con los dueños
Si ya te decidiste por arrendar una propiedad con muebles debes tener en consideración algunos detalles. Principalmente, te recomendamos asegúrate de que la tarifa extra no sea excesiva por lo que deberás compárala con otras propiedades similares que no tenga muebles.
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Al momento de firmar el contrato, solicita que los muebles de la propiedad estén detallados en el inventario del contrato de arriendo y revísalos en persona con el dueño. Esto te ayudará a evitar malentendidos a futuro y verificar el estado en el que está cada uno de los artículos. Además, el estado en el que se encuentran los muebles también puede variar el precio de renta de los mismos. Así que si no están en perfectas condiciones, esto podría permitirte negociar el precio final del arriendo.
Finalmente, debes dejar en claro quién se hará cargo del mantenimiento de los muebles —como la lavadora, secadora o refrigeradora— y cómo pagarías por los daños en caso de que existieran. Algo común es que los dueños se queden con la garantía del arriendo para reparar cualquier cosa tanto del departamento como de los muebles. Pero si esto es algo que no funciona para ti, puedes llegar a un acuerdo distinto como, por ejemplo, que compres un mueble parecido y lo repongas.